Todos mentimos. El que diga que no lo hace está, obviamente, mintiendo
Los psicólogos estiman que decimos en promedio seis
mentiras por día.
Si todos mentimos, entonces nos gusta
condenar a otra gente que lo hace, de modo que cuanto más nos indignamos por
las mentiras de los demás, más honestos nos sentimos nosotros.
¿Existe una fórmula sencilla, que nos permita
descubrir a una persona cuando no está siendo sincera con nosotros?
1.-Cuando una persona miente, es común que, inconscientemente, se toque la boca ligeramente o haga el gesto de rascarse levemente la comisura de los labios.
Este gesto es una evolución del acto infantil de taparnos la boca cuando decimos u oímos algo que sabemos que no está bien
2.-Mirar fijamente a los ojos es lo más difícil de hacer para una persona que está mintiendo.
Casi involuntariamente desviamos la mirada, generalmente hacia la derecha, si estamos contando una mentira.
Sin embargo, a los mentirosos más hábiles también se les puede descubrir por tener este gesto en exceso. Una mirada fija, imperturbable y penetrante tampoco es natural y es la prueba de que se quiere aparentar una falsa tranquilidad
3.-Otro gesto involuntario del cuerpo es elevar ligeramente los hombros cuando vamos a contestar o argumentar una mentira.
4.-Cuando una persona está hablando y va a contar una mentira, inconscientemente, baja el volumen de su voz. Además, se expresará de forma monótona y sin enfatizar las palabras.
Tragar saliva es otro detalle que delata a la persona que miente y que es difícil de evitar, a no ser que se sea todo un virtuoso en el arte de mentir.
5.-Alzar las cejas antes de responder a algo que se nos ha preguntado, suele ser un signo de que nuestro argumento va a ser una mentira.
Las personas que dicen la verdad se
“ponen de frente” sin dudar. Los mentirosos tienden a evitar la alineación
frontal directa, y usualmente se sentarán con sus brazos y piernas cruzados
Cuando una persona miente, las pausas entre cada
palabra que dice aumentan sensiblemente
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